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La conexión intestino-emoción en la medicina china y cómo afecta a tu salud

 

Según la Medicina China, el Bazo y el Estómago transforman el alimento en energía vital (Qi) y tiene relación con nuestra salud mental.

  • Si están debilitados, aparece hinchazón, gases, fatiga, niebla mental y rumiación.

  • Por otro lado, el Hígado regula el flujo emocional y digestivo. Si se estanca (por frustración, tensión, malos hábitos alimenticiosl), afecta al intestino y al ciclo menstrual: molestias, estreñimiento, digestiones lentas.

  • El Intestino Grueso está vinculado a la tristeza y el soltar.

Esto nos lo explica muy buen la ciencia hoy en día, ya que el intestino es nuestro “segundo cerebro”contiene una red de más de 100 millones de neuronas, conocida como el sistema nervioso entérico. Este sistema:

  • Se comunica constantemente con el cerebro (a través del nervio vago y señales químicas)

  • Regula emociones como la ansiedad, el miedo, la calma y el placer.

  • Influye en cómo procesamos el estrés.

Las bacterias intestinales producen o modulan neurotransmisores clave, como:

  • Serotonina (hasta el 90% se produce en el intestino) → regula ánimo, sueño y apetito.

  • GABA → nos calma y regula la ansiedad.

  • Dopamina → motivación, placer, enfoque.

  • Acetilcolina y norepinefrina → implicadas en la respuesta al estrés y la concentración.

 

Una microbiota sana = mejor producción, absorción y regulación emocional. Y la alimentación que nutre mente e intestino: lo que comes influye en cómo piensas y sientes.

Una dieta que apoya la salud intestinal también mejora tu claridad mental, tu resiliencia emocional y tu capacidad para sentir placer o motivación.

Nutrientes clave para mejorar la conexión intestino-emoción:

  • Omega 3 (pescado azul, semillas de lino/chía): antiinflamatorio cerebral.

  • Triptófano (plátano, huevos, legumbres): precursor de serotonina.

  • Magnesio (verduras verdes, almendras, cacao puro): calma el sistema nervioso.

  • Fibra prebiótica (verduras, avena, plátano verde): alimenta bacterias buenas.

  • Polifenoles (frutas, té verde, cacao): antioxidantes para cerebro e intestino.

Alimentos que alteran el eje intestino-cerebro:

  • Ultraprocesados, azúcares, alcohol y aditivos → inflaman la barrera intestinal.

  • Esto produce más endotoxinas (como LPS) → que cruzan al sistema nervioso y generan “neuroinflamación”.

  • Resultado: más predisposición a la ansiedad, tristeza, niebla mental, fatiga emocional.

Y a la inversa: las emociones afectan tu digestión

  • El estrés constante ralentiza el vaciado gástrico, altera la motilidad y desequilibra la microbiota.

  • El miedo, la ansiedad o la tristeza sostenida cambian el pH digestivo y el peristaltismo.

  • Por eso es tan importante no solo qué comes, sino cómo comes y en qué estado emocional estás.

 

Recuerda: cuidar de tu alimentación es una forma real y poderosa de cuidar tu salud mental. No se trata de perfección, sino de escucha, regulación y conexión entre tu cuerpo y tu estado emocional. Y si tienes problemas digestivos que no se resuelven con la dieta, consúltame y vemos tu caso en profundidad para poder guiarte y recobrar tu salud desde la raíz.